El Congreso de la República aprobó y publicó en el diario oficial El Peruano la resolución legislativa 11306, una normativa que permite a los parlamentarios realizar actividades de proselitismo político durante la denominada semana de representación, sin que esto sea considerado una infracción al principio de neutralidad electoral.
La resolución lleva las firmas del presidente del Parlamento, José Jerí, y del primer vicepresidente, Fernando Rospigliosi, quien defendió abiertamente la medida y destacó que los congresistas tienen el derecho de expresar, promover y defender posiciones ideológicas y partidarias como parte de su labor política.
Lo que establece la norma
El texto aprobado indica que los legisladores pueden realizar actividades proselitistas durante la semana de representación, siempre que estas no coincidan con las sesiones de comisiones o del Pleno. En caso de que los parlamentarios deseen participar en actos políticos durante dichas jornadas, deberán solicitar licencia sin goce de haber.
La medida fue aprobada el pasado 20 de agosto con 82 votos a favor, 23 en contra y 8 abstenciones, sin necesidad de segunda votación. Sin embargo, en la primera sesión plenaria la iniciativa no alcanzó los votos necesarios, logrando apenas 78 respaldos. Fue tras la reconsideración solicitada por Segundo Montalvo Cubas (Perú Libre) que finalmente se obtuvo la mayoría requerida.
Argumentos a favor de la norma
El principal promotor de la iniciativa, Arturo Alegría, justificó la aprobación de la resolución afirmando que la función parlamentaria es esencialmente política y que, en consecuencia, los congresistas deben tener plena libertad para confrontar ideas, debatir y transmitir posturas partidarias.
“La función parlamentaria es política por excelencia, lo que exige confrontar ideas, debatir posiciones y expresar abiertamente las posturas de cada bancada. Esta norma fortalece la representación política en el Parlamento”, sostuvo Alegría durante el debate.
Además, la Comisión de Constitución, encargada de elaborar la propuesta, argumentó que la medida contribuirá a mejorar la relación entre los congresistas y el electorado, ya que permitiría un discurso político más directo y sincero. También afirmaron que los partidos se verían fortalecidos al contar con voceros capaces de promover sus programas sin restricciones.
Críticas y cuestionamientos
No obstante, la resolución ha generado controversia y críticas entre analistas políticos, juristas y parte de la oposición. Uno de los principales cuestionamientos es que la norma otorga ventajas a los congresistas que busquen la reelección, ya que podrán utilizar la semana de representación —financiada con recursos públicos— para realizar actividades proselitistas en sus regiones.
Diversos especialistas consideran que esto rompe el principio de igualdad en la contienda electoral, pues coloca a los parlamentarios en una posición privilegiada frente a otros candidatos que sí deben cumplir con la neutralidad electoral y financiar sus campañas con fondos partidarios.
Críticos también han recordado episodios pasados en los que congresistas aprovecharon recursos del Estado para fines partidarios. Casos como los de Ana Zegarra y Vivian Olivos fueron señalados como ejemplos de cómo la semana de representación puede ser usada como plataforma política personal más que como un espacio de rendición de cuentas.
Implicancias de la reforma
La aprobación de esta medida marca un cambio sustancial en la normativa electoral. Mientras otros funcionarios públicos están obligados a mantener neutralidad durante los procesos electorales, los congresistas ahora cuentan con una excepción que les permite hacer proselitismo de manera abierta.
Si bien la norma es presentada como una forma de fortalecer el vínculo entre representantes y electores, también despierta preocupaciones sobre la transparencia y el uso adecuado de recursos públicos en un contexto en el que la ciudadanía exige mayor imparcialidad y control en la política peruana.
Con las elecciones generales del 2026 en el horizonte, esta decisión legislativa promete ser uno de los temas más debatidos en el escenario político nacional, pues podría redefinir la manera en que los parlamentarios ejercen su influencia en sus respectivas circunscripciones.