El fujimorismo incumplió su palabra política. El legislador Fernando Rospigliosi, integrante de Fuerza Popular, fue elegido nuevo presidente del Congreso de la República, pese a que su bancada había asegurado públicamente que no aspiraría a dirigir el Poder Legislativo. La designación se produjo en medio de la crisis generada por la vacancia de Dina Boluarte y la asunción de José Jerí como nuevo mandatario del país.
Durante los días previos al cambio de gobierno, Fuerza Popular, liderado por Keiko Fujimori, emitió un comunicado en el que afirmaba: “Fuerza Popular no aspirará a presidir ni el Congreso ni el Gobierno de transición”. Si bien la segunda parte del compromiso se cumplió, la primera fue dejada de lado con la elección de Rospigliosi al frente del Parlamento.
De la vacancia a la contradicción política
El pronunciamiento del fujimorismo, difundido en el marco del debate por la vacancia presidencial, resaltaba su respaldo a la sucesión constitucional tras la destitución de Pedro Castillo, pero criticaba la gestión de Dina Boluarte por su incapacidad para enfrentar la inseguridad ciudadana.
“El Perú no puede seguir sumido en la criminalidad y la falta de liderazgo. Aunque reste poco tiempo para concluir su mandato, no podemos permitir ni una víctima más”, señalaba el texto, que además insistía en que su bancada mantendría “una posición de diálogo y estabilidad institucional”.
Sin embargo, el nombramiento de Rospigliosi contradijo ese compromiso inicial. Su elección fue apoyada por el bloque fujimorista y aliados parlamentarios, en un contexto de fragmentación política y desconfianza ciudadana hacia el Congreso.

Fernando Rospigliosi: de analista político a titular del Parlamento
Fernando Rospigliosi, periodista, analista político y exministro del Interior, llegó al Congreso en 2021 bajo las filas de Fuerza Popular. Su perfil técnico y experiencia en temas de seguridad fueron determinantes para su elección como presidente del Legislativo, tras la vacancia presidencial.
La elección también implicó que su cargo de primer vicepresidente quedara vacante, lo que generó cuestionamientos desde diversas bancadas. Algunos legisladores criticaron la falta de coherencia política de Fuerza Popular, al considerar que el partido busca mantener control sobre los principales poderes del Estado pese a su compromiso inicial.
Rospigliosi: “El país vive una crisis institucional crónica”
En declaraciones a RPP y recogidas por diversos medios, el flamante presidente del Congreso reconoció que la destitución de Boluarte y el ascenso de José Jerí han profundizado la crisis política e institucional que arrastra el Perú desde hace varios años.
“Con la señora Boluarte había una retracción de inversiones, porque la gente estaba esperando a ver qué pasa con las elecciones de 2026. Y ahora, ese problema, desgraciadamente, se va a complicar más al haber un nuevo cambio”, afirmó Rospigliosi.
Asimismo, advirtió sobre el riesgo de que grupos radicales busquen aprovechar el contexto de transición para promover protestas violentas y desestabilización política. “No incentivar la violencia como están haciendo algunos grupos ya desde ahora mismo, tratando nuevamente de producir otro cambio de gobierno. Esto es perjudicial”, sostuvo.

Preocupación por protestas y llamados a respetar el proceso electoral
El presidente del Congreso pidió mantener la calma y respetar el cronograma electoral hacia las elecciones generales de 2026, destacando que cualquier alteración del orden democrático pondría en riesgo la recuperación económica y la estabilidad social.
“Debemos llegar con tranquilidad a las elecciones del próximo año. No se puede seguir alentando la violencia ni el caos político”, expresó, al remarcar que su gestión buscará promover el diálogo entre el Legislativo y el Ejecutivo encabezado por José Jerí.
Contexto político y reacciones
Diversos analistas políticos han interpretado la elección de Rospigliosi como una estrategia de Fuerza Popular para mantener influencia en las decisiones legislativas, especialmente en un escenario de alta fragmentación política.
El politólogo Eduardo Dargent señaló que la designación “responde más a cálculos de poder que a un intento de estabilidad institucional”, mientras que otros expertos subrayan que el fujimorismo intenta recomponer su imagen de cara a las elecciones de 2026, pero su falta de coherencia podría tener un costo político.
En tanto, sectores opositores calificaron la elección como una “maniobra oportunista” y criticaron que el fujimorismo “rompa su palabra” luego de prometer neutralidad en la transición.