Al haberse confirmado la eliminación de nuestra selección de fútbol del proceso que buscaba la participación en el próximo campeonato mundial a realizarse en el año 2026, solo nos queda decir no sólo que este fracaso empezó mucho antes; sino que, todos los que dentro y fuera de la Federación Peruana de Fútbol MANCHARON LA PELOTA que debió mantenerse limpia de la corrupción y de la criminopolítica.
En efecto, la MANCHARON cuando integrantes de la selección permitieron aparecer en fotografías con gobernantes que sólo buscaban capitalizar «triunfos» que al final no llegaron; o, cuando políticos rechazados electoralmente pretendían utilizar la camiseta distintiva de, lo que debía ser, la selección de todos los peruanos con igual interés; y, que conforme se iban dando los resultados negativos, no volvieron a aparecer.
Se MANCHÓ LA PELOTA cuando se permitió el manejo de la selección a personajes con serías denuncias de corrupción; que, recién casi coincidentemente con la confirmación de la eliminación, parece estarían siendo alcanzados por el brazo de la justicia, por una paquidérmica acción de un Ministerio Público, que, también tendrá mucho que explicar por su lentitud.
SE MANCHÓ la pelota cuando desde los clubes de fútbol se sigue propiciando y permitiendo las acciones de violencia a cargo de delincuentes, disfrazados de hinchas, que con sus acciones afectan a personas y propiedades y alejan a los verdaderos hinchas de lo que debían ser verdaderos espectáculos deportivos.
SE MANCHÓ LA PELOTA cuando a algunos futbolistas se les pagan millonarios sueldos; que, comparando con los ingresos que reciben las taquillas de esos clubes, podrían servir para ocultar oscuras percepciones económicas que, también deberían ser investigadas.
Al igual que casi todas las actividades e instituciones nacionales el fútbol peruano también requiere de una REFUNDACIÓN extirpando a personajes como los que han llevado a este nuevo FRACASO; que, a diferencia de la canción, SÍ IMPORTA.