La reciente designación de Juan José Santivañez como nuevo ministro de Justicia por parte de la presidenta Dina Boluarte, no solo demuestra un claro desprecio hacia la mayoría congresal que, no hace mucho, lo censuro por su manifiesta incapacidad como Ministro del Interior; sino un claro desprecio a la ciudadanía que, no solo mayoritariamente lo rechazaba; como señalaban las encuestas de ese momento; sino, tal vez, lo mas grave es que, el propio Santivañez asegura que su designación responde a “posición política” de Boluarte y Arana.
No podemos aceptar como ciudadanos, que, alguien que fue censurado por incapacidad funcional ministerial, sea designado como ministro en otra cartera de tanta o mayor importancia de la que fue expectorado; aparte de los graves cuestionamientos sobre su trayectoria profesional y política.
En efecto, si tenemos en cuenta que, muy próximamente (a la luz de la reciente sentencia del Tribunal Constitucional) doña Dina Boluarte, deberá responder por los muertes ocurridas al inicio de su mandato; y, que, Santivañez, como Abogado, ejerció la defensa de policías involucrados en actos criminales; relacionados con claras violaciones a los derechos humanos; podría marcar el camino que seguiría el gobierno de Boluarte en lo que resta de su período presidencial; lo que, obviamente debe alarmarnos a todos los ciudadanos; y, sobre todo a quienes, mayoritariamente, no concuerdan con el gobierno de doña Dina.
Es más, si a ello, recordamos la conducta obstructiva asumida por Santivañez en las investigaciones que se realizaban por la presunta comisión del delito de abuso de autoridad, llegando a oponerse a la realización de un peritaje de voz, que podría determinar la autenticidad o falsedad de los audios que sustentarían la referida denuncia; no sería el mejor elemento para ejercer la función ministerial en la cartera de justicia; que, como sabemos integra como tal el Consejo de Coordinación Judicial.
Aunque, también a la luz de la actual composición y “acuerdos políticos” al interior del Congreso, poco o nada se puede esperar de ese organismo estatal; tal vez ingenuamente, me atrevo a preguntar cuántos de los 78 votos parlamentarios que votaron a favor de su censura como Ministro del Interior; o, de los 20 que se abstuvieron en dicho acto parlamentario, serán capaces de aceptar la ofensa que significa dicha designación; y, obviamente, la continuidad de Eduardo Arana Iza como Primer Ministro.
Luego de este breve comentario, considero que se justifica su título. En las próximas horas debemos tener las respuestas.
Escribe: Marco Silva