Un importante reajuste en la estructura del alto mando policial fue dispuesto por el comandante general de la Policía Nacional del Perú (PNP), Óscar Arriola Delgado, pocos días después de las protestas que se desarrollaron en Lima y que terminaron con la muerte de Eduardo Ruiz Sanz, un ciudadano de 32 años impactado por un proyectil disparado por un agente policial.
Según un documento oficial al que accedió ANP Noticias, Arriola dispuso tres cambios en cargos clave dentro de la institución, argumentando razones de servicio y la necesidad de fortalecer la estrategia de seguridad tanto frente a la criminalidad como en la gestión del orden público durante movilizaciones sociales.
Cambios estratégicos en el alto mando policial
El documento firmado por Arriola establece que los generales designados mantendrán sus cargos con “retención por causal de servicio”. Entre los principales movimientos figuran:
- Manuel Gustavo Vidarte Perrigo, quien asumirá la Jefatura de la Región Policial Lima, la dependencia más importante del país en términos operativos.
- José Antonio Zavala, designado al Comando de Operaciones Policiales de la Dirección de Inteligencia (DIRIN).
- Julio Óscar Mariño, quien pasa a liderar la Dirección Nacional de Investigación Criminal (Dirnic).
Estos cambios se dan en un contexto de alta tensión para la Policía Nacional, cuya actuación durante las movilizaciones del 15 de octubre fue duramente cuestionada luego de que se confirmara que el suboficial de tercera Luis Magallanes, de la División de Investigación Criminal (Dirincri), fue el responsable del disparo que provocó la muerte de Eduardo Ruiz Sanz.

Una respuesta institucional a la crisis
Fuentes cercanas al Mininter señalan que los nuevos nombramientos buscan reorganizar la estructura operativa y mejorar la cadena de mando, con énfasis en la coordinación entre unidades de inteligencia, investigación criminal y control de multitudes.
En medio del escándalo por la actuación policial, Arriola expresó públicamente sus condolencias a los familiares de la víctima y asumió la responsabilidad institucional del hecho.
“Nuevamente la Policía reitera las condolencias a los familiares, a los familiares, a los amigos de Eduardo Ruiz, que Dios lo tenga en su gloria. Le pido perdón a su familia en nombre de los 140 mil policías”, declaró el comandante general.
El mensaje fue interpretado como un intento de marcar distancia respecto a la actuación individual de Magallanes, quien fue identificado gracias a las grabaciones de cámaras de seguridad proporcionadas por la Municipalidad de Lima.

Contexto de las protestas y repercusiones políticas
Las protestas del 15 de octubre se desarrollaron en el Centro de Lima y congregaron a colectivos ciudadanos, organizaciones sociales y universitarias que exigían cambios en el gobierno del presidente José Jerí Oré. La manifestación derivó en enfrentamientos con las fuerzas del orden, uso de gases lacrimógenos y denuncias de represión excesiva.
El fallecimiento de Ruiz Sanz generó indignación y una ola de críticas hacia el Ejecutivo. Diversas organizaciones de derechos humanos solicitaron una investigación independiente y sanciones contra los responsables.
En respuesta, el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, aseguró que se garantizaría la transparencia en las pesquisas, aunque evitó confirmar la versión de Arriola sobre la participación de Magallanes en el operativo.
Una PNP bajo escrutinio
La decisión de Arriola de reajustar la cúpula policial se interpreta como parte de un intento por restaurar la confianza en la institución y reducir el impacto político y social del caso. Los nuevos nombramientos coinciden con un proceso de revisión interna de los protocolos de intervención en manifestaciones y de uso proporcional de la fuerza.