Hace algunos años se hizo muy popular la frase “SOY SU HERMANO, PERO NO SE NADA” que utilizó el hermano del tristemente recordado narcotraficante conocido como el “padrino”, cuyo caso llevó a la cárcel a altas figuras de la Policía Nacional; y, en el que aparecían (ya desde esa fecha) vinculados conocidas figuras de nuestra política nacional.
Con lo que se conoce, al menos mediáticamente, de las imputaciones efectuadas contra el ahora prófugo Nicanor Boluarte Zegarra; y, otros imputados dentro de la investigación que se les viene efectuando en el caso conocido como “Los Waykis en el Poder” para los que el Juez Richard Concepción Carhuancho ha dispuesto 36 meses de prisión preventiva; pareciera que su conocida hermana, a diferencia del personaje recordado de los años 80, no podría decir igual que aquel.
En efecto, si tenemos en cuenta que los presuntos delitos por los que le imputa; y, que podría llevarlo a varios años de carcelería (claro está si se le llega a capturar, posiblemente, cuando su familiar deje las esferas del poder) no se hubieran podido iniciar, ni consumar, si no le hubiera una estrecha relación familiar con la Presidenta de la República; ya que los nombramientos de autoridades políticas (presuntamente para que actúen como operadores en la construcción de una organización política), o en el IPD; o, en la otra institución política materia de imputación; no podría haberlos propiciado, ni logrado, si no lo uniera no sólo un lazo familiar sanguíneo con la Presidenta de la República; sino, al parecer, otro tipo de ligazón.
En efecto, desde que los medios de prensa que sacaron a luz esa, por lo menos, irregular actuación de Nicanor Boluarte Zegarra, la primera mandataria de la Nación, no sólo deslindó responsabilidades con el imputado, facilitando la investigación que correspondía; sino que, no sólo lo respaldó ampliamente, llegando a decir que “Mi hermano puede recibir a quien se le pegue la gana”; sino que, obviamente con su conocimiento y consentimiento, desde el Ministerio del Interior se dio inicio a una gran actividad para sancionar y; hasta destituir, al equipo policial de la DIVIAC, al mando del Coronel Harvey Colchado, por el “atrevimiento” de iniciar la investigación, que vemos ya va dando resultados; y, por el allanamiento al propio domicilio presidencial, con rompimiento de puerta incluido.
Ello, nos lleva a concluir que la frase, por lo menos silenciosa hasta el momento, podría ser “SOY SU HERMANA, Y, LO SE TODO”.
La mayoría congresal que la sigue apoyando, por evidentes razones de “solidaridad” que no son muy difíciles de explicar, ¿seguirá poniéndose de costado frente a la responsabilidad que podría alcanzar a la más alta institución política del país?
Los próximos días los “pasos perdidos” del Congreso, nos dirán si continuarán perdidos en el inicio de la recuperación moral de nuestro sistema criminopolítIco.