A pocos días del 28 de julio, el expresidente Pedro Castillo protagonizó una tensa audiencia judicial en el marco del proceso que enfrenta por el presunto delito de rebelión, tras su fallido intento de disolver el Congreso en diciembre de 2022. Desde su reclusión en el penal de Barbadillo, el exmandatario arremetió contra el sistema de justicia y volvió a presentarse como un “presidente secuestrado”.

La intervención se produjo durante la audiencia número 51 del juicio oral, presidida por la magistrada Norma Carbajal, quien le solicitó a Castillo que se presentara de forma ordenada o concluyera su participación. Lejos de acatar, el exjefe de Estado lanzó un encendido mensaje político.

“Este 28 de julio el Perú necesita un mensaje de su presidente secuestrado que nunca se arrodilló a las élites del poder. Un mensaje con color, olor y sabor a pueblo. Rechazo este juicio”, declaró.

Castillo reiteró su rechazo a las imputaciones del Ministerio Público, que lo acusa de haber intentado quebrar el orden constitucional, lo que derivó en su detención inmediata y posterior vacancia por parte del Congreso. Según su versión, todo fue parte de un complot de élites políticas y empresariales para frenar los cambios sociales que él representaba.

La situación del proceso judicial se ha tornado cada vez más tensa. Una de las coacusadas, la exministra Betssy Chávez, se encuentra en huelga de hambre desde hace varios días en el Penal Anexo Mujeres de Chorrillos, denunciando presunto acoso y hostigamiento. Su estado de salud se habría deteriorado, lo que ha encendido las alarmas sobre el trato que reciben los implicados en este caso.

Aunque la magistrada Carbajal intentó mantener el orden en la audiencia, la estrategia del expresidente parece orientarse a politizar el juicio y posicionarse como víctima ante la opinión pública, especialmente en fechas simbólicas como Fiestas Patrias.