Según indicó, esta situación ocurre mientras la ciudadanía enfrenta los embates de la delincuencia. “He presentado una denuncia formal y solicito garantías para mi integridad personal y mi vida, así como la de mi familia”, expresó Otárola mediante un comunicado.
Asimismo, afirmó que ha sido informado de que altos funcionarios, en coordinación con abogados al servicio del poder, estarían preparando una nueva denuncia penal en su contra.
Otárola calificó estas acciones como parte de un «delirio de persecución» dirigido por los «jefes temporales» de dichos funcionarios, en aparente referencia al gobierno de Dina Boluarte. Pese a ello, aseguró que no se siente intimidado: “No me amilanan. La verdad siempre por delante”.
Esta denuncia ha generado diversas reacciones en el ámbito político y social, reavivando el debate sobre el uso de los aparatos de inteligencia en el país y los posibles excesos en su manejo. La oposición exige una investigación independiente para esclarecer las afirmaciones del ex premier.
Hasta el momento, el gobierno de Dina Boluarte no ha emitido un pronunciamiento oficial respecto a las acusaciones de Otárola. Sin embargo, la denuncia pone nuevamente en el centro de atención el manejo de los servicios de inteligencia y su posible instrumentalización política.